El proceso académico implica la realización de
actividades conceptuales y teóricas que, aunque son necesarias, muchas veces
convierten al estudiante en un sujeto pasivo y mecánico. Precisamente este es
uno de los aspectos que se evidenciaron en las sesiones de clase retomadas en
este escrito, que no pretende desmeritar la evaluación teórica ya que ofrece
herramientas clave, para la formación de los estudiantes, debido a que de una u
otra forma establece bases indispensables para tareas futuras, pero si se
pretende establecer la diferencia de este tipo de actividades con respecto a
actividades de socialización que se plantean desde un paradigma constructivista.
En este sentido, se rescata un
ejercicio evaluativo planteado por el docente cooperador, para culminar el tema
trabajado durante las clases “la tragedia griega”; la actividad se desarrolla
entonces por medio del teatro, como herramienta pedagógica, de la cual Antonin Artaud dice:
Es para el corazón y los sentidos y no sólo un mero debate intelectual, sino una mordedura en el alma que acompaña a toda verdadera sensación. Este es el único camino para alcanzar la sensibilidad del espectador en todas sus caras
En acuerdo con lo citado, el teatro es presentado con un cúmulo de beneficios, en los que de manera específica se ubica el desarrollo de habilidades relacionadas con el área de la lengua castellana. Ya que posiciona al estudiante como un ser que debe ser permeado por lo que lee sensibilizándolo y convirtiéndolo en un texto abierto que piensa, siente y esboza las emociones que en él se han despertado en este caso a través de la lectura de la tragedia griega “la odisea”, además propone que el educando se contextualice recurriendo a la búsquedas bibliográficas en el que pueda documentarse acerca de su representación generando así bases conceptuales; sin dejar de lado que la puesta en escena implica un desarrollo de la competencia comunicativa y la capacidad de reaccionar de una manera conveniente ante las diferentes situaciones inesperadas que se puedan presentar en la socialización de la obra de teatro, haciendo uso de esta manera del conocimiento estratégico que ha adquirido
De esta manera el teatro en el aula de clase, da indicios para la mirada de un nuevo paradigma, que se aleja del conductismo en el cual el aprendizaje es producto de una serie de estímulos; por lo que se da apertura a una educación constructivista donde el estudiante aprende por medio de la interacción, manipulación y la recolección de situaciones externas para ser aplicadas y condicionadas en el ejercicio dramatúrgico. Lo expresado hasta el momento es constatado con la actitud positiva que los estudiantes asumieron en la realización y socialización de la obra de teatro, presentando dinamismo y responsabilidad en las sesiones en las que se abordó el tema, se llevaron a cabo proceso de indagación, comprensión y construcción potencializando de manera simultánea competencias lingüísticas necesarias para su formación educativa.
Es para el corazón y los sentidos y no sólo un mero debate intelectual, sino una mordedura en el alma que acompaña a toda verdadera sensación. Este es el único camino para alcanzar la sensibilidad del espectador en todas sus caras
En acuerdo con lo citado, el teatro es presentado con un cúmulo de beneficios, en los que de manera específica se ubica el desarrollo de habilidades relacionadas con el área de la lengua castellana. Ya que posiciona al estudiante como un ser que debe ser permeado por lo que lee sensibilizándolo y convirtiéndolo en un texto abierto que piensa, siente y esboza las emociones que en él se han despertado en este caso a través de la lectura de la tragedia griega “la odisea”, además propone que el educando se contextualice recurriendo a la búsquedas bibliográficas en el que pueda documentarse acerca de su representación generando así bases conceptuales; sin dejar de lado que la puesta en escena implica un desarrollo de la competencia comunicativa y la capacidad de reaccionar de una manera conveniente ante las diferentes situaciones inesperadas que se puedan presentar en la socialización de la obra de teatro, haciendo uso de esta manera del conocimiento estratégico que ha adquirido
De esta manera el teatro en el aula de clase, da indicios para la mirada de un nuevo paradigma, que se aleja del conductismo en el cual el aprendizaje es producto de una serie de estímulos; por lo que se da apertura a una educación constructivista donde el estudiante aprende por medio de la interacción, manipulación y la recolección de situaciones externas para ser aplicadas y condicionadas en el ejercicio dramatúrgico. Lo expresado hasta el momento es constatado con la actitud positiva que los estudiantes asumieron en la realización y socialización de la obra de teatro, presentando dinamismo y responsabilidad en las sesiones en las que se abordó el tema, se llevaron a cabo proceso de indagación, comprensión y construcción potencializando de manera simultánea competencias lingüísticas necesarias para su formación educativa.
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