Diario # 1
Fecha: 10 de agosto de 2018
Inicio
este diario con una frase plasmada en uno de los carteles de la Fundación
Escuela Normal Superior la Merced, que llamó bastante mi atención: “Educar la
mente sin educar el corazón no es educación en absoluto” (Aristóteles) Enfatizo
en ella porque para mí sintetiza la educación normalista, una educación que
tiene como base y principio fundamental el amor y la persona como tal, que si
bien, puede leerse como tradicionalista por razones ideológicas, culturales y
geográficas; promueve en el municipio una mirada singular que pone la labor
docente en constante reflexión. Una institución que además de educar en valores
humanos realiza una labor social, en la que incluye la formación de maestros,
los cuales se perfilan con unas cualidades especificas en las que predominan la
pedagogía del amor, la didáctica y por sobre todas las cosas la vocación como
herramienta para la transformación social.
Por
otra parte, en la observación realizada el día de hoy, se hacen evidente algunos
aspectos que no pueden pasar desapercibidos; uno de ellos es el reconocimiento
que los estudiantes, docentes y maestros en formación, tuvieron con el grupo
visitante de la UdeA; manifestado en gestos cordiales, como un saludo, una
bienvenida y sobre todo una acogida; acciones que te hacen sentir parte de la
familia institucional y simultáneamente evidencian una gran calidad humana. A
demás se observa la iniciativa de inclusión que se practica en esta
institución, manifestada en la adaptación de espacios para las diferentes
dificultades, la creación de ambientes diversos y el trato igualitario, en
cuanto a derechos, para todos los estudiantes, independientemente de sus
características físicas, cognitivas o motrices; debo aclarar que son muchos los
aspectos observados en las dos horas que estuve en la institución pero
enfatizaré en lo mencionados hasta el momento.
Para
defender mi percepción acerca de la institución mencionada, quiero enfatizar en
algunos de los problemas más delicados que están inmersos en la sociedad actual,
como la discriminación, la exclusión y la vulneración de los derechos humanos;
que si bien, a lo largo de la historia se ha procurado velar por la integridad
humana se va avanzando a pasos lentos, dificultando el alcance de la idea de
una sociedad igualitaria, tolerante y respetuosa. Muchos intereses han
prevalecido por encima de la convivencia pacífica, como el poder y la economía,
convirtiendo el ideal de paz en un imposible o algo utópico. Allí es donde radica la importancia de la
Fundación Escuela Normal Superior la Merced, ya que nos da una luz de esperanza
para una especie de transformación social que se requiere actualmente; la
institución promueve valores humanos que luchas por no extinguirse y que quizá
son el puente para la armonía del alma.
Así
mismo, la formación íntegra de personas aportará profesionales más humanos, que
amen su labor y la entreguen a la sociedad, maestros líderes, estratégicos,
pedagogos y didactas, dispuestos a compartir su potencial con quien lo
necesite, y de esta manera contribuirá a la sana convivencia humana y la lucha
incansable por el ideal de paz, armonía e igualdad que requiere el país.
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